Categoría: Reportaje

  • Un canario brilla en la NBA

    Un canario brilla en la NBA

    Versatilidad, inteligencia y sacrificio.  Así es la nueva cara del baloncesto español.  Así es Santi Aldama, ala-pívot de los Memphis Grizzlies y candidato al mejor sexto hombre de la NBA.

    Aldama no es un ejemplo típico de europeo en la NBA, como lo fueron Doncic, los Gasol o Jokic.  No llegó a la mejor liga del mundo desde el viejo continente, sino que él ya estaba en Estados Unidos.  Jugó para los Loyola Greyhounds de la Universidad Loyola Maryland y dos años le bastaron para dejar su huella.  Después de perderse los primeros 22 partidos de su temporada de novato por una lesión, una vez recuperado promedió 15,2 puntos y 7,6 rebotes por partido, dejando pinceladas del gran jugador en el que se iba a convertir. 

    Su segunda temporada, la 20-21, creció como jugador, subiendo a 21,2 puntos y 10,1 rebotes.  Fue la estrella y lideró a su equipo. Su capacidad para anotar en diferentes situaciones y su actitud llamaron la atención de los scouts de la NBA, quienes lo vieron como una pieza interesante para sus equipos.  

    Llegada a la NBA

    Con el número 30 del Draft llegó el canario a la mejor liga del mundo.  Fue drafteado por Utah Jazz en el 2021 y posteriormente enviado a Memphis dónde firmó un contrato por cuatro temporadas.  En su temporada rookie (2021-2022), participó en 32 partidos, con unos promedios de 4,1 puntos y 2,7 rebotes en 11,3 minutos por encuentro.  La adaptación no fue fácil.  

    Su segundo año fue muy diferente.  Santi era un jugador mucho más hecho y eso lo agradecieron los Grizzlies, que le dieron un rol mucho más importante.  Disputó 77 partidos, 20 como titular, con promedios de 9 puntos, 4,8 rebotes, 1,3 asistencias en 21,8 minutos por encuentro.  La mejora en el tiro exterior y su mayor presencia defensiva fueron claves, convirtiéndolo en un jugador clave para Taylor Jenkins.

    Santi Aldama durante un calentamiento previo a un partido // NBA Spain

    Temporada de consolidación

    La temporada 2023-2024 fue clave para Aldama, ya que dió un pasó hacia delante en su desarrollo. Con un rol más destacado en la rotación, tuvo promedios de 13 puntos, 7,6 rebotes y 3,8 asistencias por partido, con un 47% en tiros de campo. Además, fue titular en la mayoría de los partidos y superó los 30 minutos jugados en varios partidos

    Su evolución, tanto ofensiva, como defensiva ha sido muy notable. Ha mejorado su capacidad para generar su propio tiro, su lanzamiento de tres y su defensa perimetral. Este hecho le ha permitido ganarse la confianza del cuerpo técnico, de Taylor Jenkins y de sus compañeros. Su versatilidad le ha permitido tener un hueco en unos Grizzlies muy competitivos. jugando en diferentes posiciones y adaptándose a todas las necesidades del equipo. 

    El socio perfecto de Ja Morant

    Santi Aldama y el base de Carolina del Sur forman una dupla que tiene a toda Memphis ilusionada.  Los Grizzlies son cuartos en el oeste, estando por delante de franquicias como Lakers, Golden State, Minnesota o Clippers. 

    Tras todos los problemas extradeportivos de Morant, los secundarios tuvieron que erigirse en la temporada pasada para salvar a un equipo sumergido entre las bajas.  Ahí apareció Santi.  Cuando más se necesitaba, dió un paso al frente y se hizo un nombre dentro de la mejor competición de baloncesto del mundo.  Ahora, en la temporada 24-25, el equipo está sano y cuenta con todos sus activos.  Santi está en la conversación para ganar el premio al mejor sexto hombre de la NBA y tiene promedios de 12,7 puntos, 6,7 rebotes y 2,8 asistencias. Su techo es el cielo y el de los Grizzlies el anillo.

    Aldama subiendo el balón durante un partido // NBA Spain

    Memphis está cultivando una cultura de equipo ganador, prácticamente todos sus jugadores son drafteados por ellos y la química que tienen es envidiable.  Cada uno tiene claro cuál es su rol, no hay egos.  Esto se traduce en un récord de 43 victorias y 25 derrotas.  El equipo de Taylor Jenkins es una máquina, que se está empezando a convertir en perfecta. 

    Situación contractual

    Actualmente Aldama tiene garantizados 3,9 millones de dólares para esta temporada y tras los números que está cuajando y las sensaciones que da en pista, está en el momento clave de su carrera.  Este verano acaba contrato y podría ser agente libre restringido.  Memphis tiene la opción de extender su contrato antes de que finalice la campaña, y dada su progresión y estatus en la liga, no sería descabellado que le ofrezcan un buen pellizco de dólares.

    Muchos equipos de la liga han mostrado interés en su perfil y podría recibir ofertas importantes en el mercado. Aún queda tiempo para saber si habrá un cambio de aires o no, pero lo que sí que es cierto es que Santi está a nada de un contratazo.  Totalmente merecido.

    Selección nacional

    Con la selección española, Santi Aldama ha sido convocado con las categorías inferiores y en el Europeo sub 18, el cuál ganó España, fue el MVP del campeonato. Ahora, en la absoluta, es el referente del equipo.  Tras Pau, Marc, Rudy o Navarro, llega el turno de Aldama. En los Juegos Olímpicos de París promedió más de 17 puntos y 9 rebotes, salvando los muebles de una selección mermada por el cambio de generación. 

    Pese a que parezca difícil e imposible repetir lo pasado, las nuevas generaciones del baloncesto en España ilusionan.  Hay grandes jugadores que están esperando su momento para tirar la puerta abajo y también los hay qué la han tirado ya.  Uno de estos es Aldama.  La nueva cara del baloncesto español. 

    Aldama celebrando durante los JJOO de París // @santialdama

    IMAGEN PRINCIPAL DE SANTI ALDAMA CON UN BALÓN EN LA MANO // MEMPHIS GRIZZLIES

  • El «Águila de Toledo»: Un ciclista que odiaba bajar

    El «Águila de Toledo»: Un ciclista que odiaba bajar

    De Madrid a Asturias en bici porque no había dinero para el tren, carajillos a 40 km de meta, helados en pleno puerto y un par de conejos, pollos y chorizos. 

    El precursor del ciclismo español

    Antes de Miguel Induráin, Alberto Contador o Perico Delgado existió nada más y nada menos que el “Águila de Toledo”, primer español en ganar el Tour.  Federico Bahamontes fue, además de un personaje sin igual, el mejor escalador de la historia.  Nació en Santo Domingo-Caudilla el 9 de julio de 1928 y falleció en Valladolid el 8 de agosto de 2023.  Una vida ligada al ciclismo con un hueco en la cúspide de este deporte.

    Fue un ciclista superdotado para la época, siempre a la ofensiva.  Atacaba en rampas mortales.  Dónde otros sufrían, él aumentaba el ritmo.  Así lo demuestran sus cincuenta y dos pasos en primer lugar por cimas de montaña, el mejor registro total para un ciclista en la historia del Tour de Francia. 

    El infierno de los descensos

    Todo superhéroe tiene su criptonita.  La de Bahamontes eran los descensos.  Su capacidad para subir los peores puertos se contrastaba con su reticencia a las bajadas.  Muchas etapas decisivas perdía minutos y minutos por su aversión.  Sus rivales se lanzaban a toda velocidad, mientras que él era mucho más cauto.  A pesar de ello, su capacidad escaladora le hacía siempre ser uno de los favoritos. 

    Bahamontes durante el Tour de 1959 // Roger Viollet (Cordon Press)

    Su miedo ya no era sólo debido a una cuestión técnica, sino también psicológica.  Una inseguridad causada por un susto en su juventud le arrastró durante toda su carrera.  Además, su ligereza y su estilo de escalada le convertían en un ciclista menos aerodinámico en los descensos.  Tan grande era su debilidad que dejó una de las imágenes más históricas del Tour de Francia. 

    El helado en el Col de la Romeyère

    Posiblemente estemos hablando de la anécdota más recordada de la carrera del “Águila de Toledo”.  En medio de la disputa del Tour de Francia de 1954, Bahamontes era cabeza de carrera junto a tres rivales.  Subiendo el Col de la Romeyère, el coche auxiliar de uno de sus rivales levantó piedras, con tan mala suerte que impactaron en su rueda, rompiendo dos radios.  La rueda cabeceaba y pese a ello, coronó en solitario.  Una vez arriba tenía que esperar a su coche y como hacía calor, al ver un carrito de helados de un vendedor ambulante, cogió un helado y con los guantes puestos lo metió en el botellín.  Y allí se tomó su refrescante tentempié, dejando fría a toda la afición allí presente.  Eso sí, luego volvió a coronar primero el siguiente puerto.  Así era Fede.

    Estamos hablando de un personaje tan mediático que incluso apareció en la película Amélie.  Bahamontes fue una de las pocas personas reales mencionadas en el film, ya que era el ídolo de uno de los protagonistas.  Este había escondido en una caja objetos importantes de su niñez y algunos estaban relacionados con el ciclista toledano. 

    El «Águila» subiendo un puerto en 1963 // Sport

    De vendedor de frutas a rey de la montaña

    Antes de ciclista, fue frutero.  Trabajaba en los mercados de Toledo vendiendo frutas y verduras.  Usaba la bicicleta como medio de transporte y, sin imaginarlo, eso hizo que empezara a desarrollar las piernas de acero que más tarde le llevarían a la gloria.  

    En una época difícil, como era la posguerra española, Bahamontes encontró en la bicicleta una pasión.  El presupuesto era limitado.  Previo a una Vuelta a Asturias, el equipo no tenía dinero para el transporte, así que los ciclistas tuvieron que viajar en bici desde Madrid.  Los trofeos también eran un tanto excéntricos.  Señaló que tras ganar carreras, llegaron a darle chorizos, pollos y conejos. 

    Un carácter fuerte y peculiar

    Bahamontes tenía una personalidad fuerte y muchas veces impredecible.  En más de una ocasión abandonó carreras por discusiones con el equipo.  Si algo no le gustaba, prefería bajarse de la bicicleta antes que seguir bajo condiciones que no le parecían justas. 

    Uno de sus piques más famosos lo tuvo con su propio seleccionador en la Vuelta a España, cuando a mitad de la competición se retiró por desacuerdos tácticos.  No tenía miedo en tomar decisiones drásticas, lo que le convirtió en una figura tan temida como admirada en el pelotón. 

    Estatua de Federico Bahamontes en Toledo // Sport

    En 2013 se erigió una estatua en su honor en Toledo y hasta sus últimos años seguía participando en eventos y homenajes, siendo una figura admirada por generaciones posteriores de ciclistas.

    Era uno de esos personajes que utilizaba la tercera persona para hablar de sus andanzas.  “Pues El Fede…”.  Una persona que se recordará en la historia y que guardaba un carajillo para los últimos 40 kilómetros de la etapa.  Así era Federico Bahamontes.  Así era el “Águila de Toledo”. 

    IMAGEN PRINCIPAL DE BAHAMONTES LEVANTANDO UN TROFEO // ABRAHAN CARO MARÍN (AP)

  • EL ALL-STAR DE LA NBA: UN CIRCO SIN EMOCIÓN

    EL ALL-STAR DE LA NBA: UN CIRCO SIN EMOCIÓN

    Tiempo atrás, febrero era uno de los meses más esperados para los amantes del baloncesto, puesto que llegaba el fin de semana de las estrellas.  Tres días en los que los grandes de este maravilloso deporte se juntaban para ofrecer un espectáculo sin igual, uniendo talento, competitividad y showtime.  El All-Star Weekend era casi más esperado que los propios Playoffs, pero esto ha ido cambiando.  En los últimos años, este evento ha ido perdiendo progresivamente su atractivo.  El partido de las estrellas se ha convertido en una pachanga, los concursos no ofrecen nada novedoso y el público, que antes iba a ver baloncesto top, ahora se conforma con ver los looks de los famosos. 

    El problema no reside en los nuevos formatos que se le están intentando dar al partido, sino en la falta de compromiso de los jugadores, la nula competitividad y la sensación de que este fin de semana ha dejado de ser un evento deportivo, pasando a ser uno de marketing. La NBA necesita cambios urgentes, ya que la posibilidad de que pierda el poco encanto que todavía le queda, está muy cerca.  

    Un partido sin esencia

    Durante toda la historia de la NBA, el All-Star Game ha sido un partido con un alto nivel entre los mejores jugadores de la liga, eso sí, también habían momentos de show y jugadas vistosas que han pasado a la historia.  Pero siempre tenía un mínimo de intensidad, sobre todo al final, donde tocaba apretar las tuercas para intentar ganar el partido. 

    Sin embargo, el mínimo de intensidad ha desaparecido, el partido ha pasado a ser un “a ver quién mete más”.  Los jugadores no defienden.  Se ha convertido en un festival de triples y mates, con marcadores altísimos como el del año pasado (211-186).  Parece más un marcador del NBA 2K, que de la vida real. 

    La NBA se está esforzando en hacerlo más atractivo.  Primero eliminó la clásica rivalidad entre Este y Oeste, pasando a un sistema de capitanes, dónde los jugadores con más votos elegían sus equipos (igual que en el recreo).  No funcionó y ahora el formato es un torneo entre cuatro equipos con partidos a cuarenta puntos, con tres equipos seleccionados por sus méritos y otro traído a través del partido de los jóvenes del viernes. 

    Keyonte George luchando un balón con Damian Lillard // REUTERS

    ¿Dónde quedó la magia de los concursos?

    El concurso de mates ha pasado de evento estrella a decepción constante.  Dicen que tiempos pasados siempre fueron mejores y parece que no se equivocan.  Hubo una época en la que todo se paraba para ver las barbaridades que hacían nombres cómo Michael Jordan, Vince Carter, Kobe Bryant, Zach LaVine o Aaron Gordon.

    Hoy en día, “dunkers” como Ja Morant, Anthony Edwards, Giannis Antetokounmpo han dejado de participar, dando paso a otros menos conocidos.  ¿Por miedo a una lesión? ¿Por qué no les motiva? Son preguntas que la NBA debe replantearse, ya que cada año vemos intentos forzados de innovar, pero sin impacto en el público.  Parece que el Concurso de Mates seguirá siendo una sombra de lo que fue. 

    A diferencia de los mates, el Concurso de Triples es el único que ha ido ganando protagonismo, motivado por el auge del tiro exterior en la liga.  Siempre resulta interesante ver a los mejores “shooters” competir entre ellos.  Stephen Curry, Klay Thompson, Buddy Hield o Damian Lillard han dejado momentos para el recuerdo.  Pero parece que, sólo con los triples, no se puede sostener todo un fin de semana. 

    Mac McClung fue el campeón del Concurso de Mates // REUTERS

    El evento ya no engancha a los de siempre

    Las generaciones que crecieron con Michael Jordan, Larry Bird o Magic parece que están viendo un deporte distinto.  El afán por querer atraer al público juvenil está haciendo que se pierda a los de siempre. 

    ¿Quiere la NBA un evento que sólo quede bien en las redes sociales o quiere uno que emocione a los amantes del buen baloncesto?